Situada en un emplazamiento ideal desde el que se pueden admirar unas magníficas vistas de Escaldes, esta iglesia de Sant Miquel d’Engolasters es una de las principales joyas del patrimonio románico en Andorra.
Si bien no se sabe a ciencia cierta en qué año se erigió la iglesia, los expertos fijan esa fecha aproximadamente a principios del siglo XII.
El templo presenta una planta rectangular, con una nave, ábside semicircular, con una cubierta a dos vertientes, campanario de torre de estilo lombardo y un pórtico que fue añadido posteriormente a la construcción inicial.
El edificio se caracteriza por el gran contraste existente entre la nave de la iglesia y la enorme altura del campanario, este último de 17 metros de elevación sobre el suelo. De planta cuadrangular, en la última planta de la torre se encuentra uno de los últimos vestigios del arte románico de Andorra en forma de escultura, unas cabezas humanas esculpidas en piedra situadas entre los arcos de las ventanas.
En el interior de la iglesia se exponen varias reproducciones exactas de las pinturas murales románicas del Maestro de Santa Coloma, del siglo XII, que decoraban el templo originalmente. En el ábside, una imagen de San Miguel, patrón de la iglesia, se fusiona con el símbolo de San Mateo en una escena tetramorfa que preside todo el ábside. Hay que destacar que las pinturas originales se encuentran conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).
Desde esta iglesia de Sant Miquel d’Engolasters tenemos la oportunidad de continuar nuestro recorrido por esta parte de la parroquia de Escaldes-Engordany y acercarnos hasta el lago de Engolasters, donde podremos hacer un agradable recorrido por la naturaleza en una paseo de aproximadamente dos horas. entre ida y vuelta.